dejó su viejo chaquetón largo y oscuro sobre aquella silla de tercipelo verde.
Se acomodó donde siempre, junto a su sombrero.
.-''Crédito por favor, 200 en fichas.''
Pero el leve gesto en la cara del crupier le hizo saber inmediatamente que su juego acababa de terminar
y todavía no había empezado.
¿Qué apostar cuando no tienes nada?

Solo podía hacer lo que hizo,
levantarse,
recoger el abrigo con su mismo ritmo triste,
calarse el sombrero hasta esconder su mirada gris
y salir de alli fumándose el pitillo de los que no tienen nada que perder...
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