sábado, 19 de junio de 2010

Desde mi Tejado...

Sentado en el tejado de esta vieja casa,
sentado sobre mis vecinos, sobre mi barrio,
sobre la ciudad.
Muevo la cola con el leve vaivén de las finitas gotas de agua que
caen desde una pesada nube tumbada sobre la noche.
Y observo Pamplona, o lo que será de ella en unos años.
Y escucho el ambiente silencioso...nada...
pero algo hay.
 Lo conozco bien. Nadie es perfecto y el silencio tampoco. Asi que no me siento solo.
Una voz arrugada y seca baila en mi memoria y viene hasta aquí silbando, está conmigo.
Una cara conocida me mira con cariño desde otro lugar, no se si lejano, nunca estuve alli, pero estaré.
Su dueña está conmigo y me quiere, lo se muy bien, debe ser así, el mundo no puede ser tan malo...
Todo está dormido, las personas, los coches, los gatos...y eso me relaja,
me siento infinitamente acompañado en la soledad de mi tejado.
Me gusta que llueva, me hace sentir vivo,
me sienta bien esa sensación agradable de humedad en la piel
y el ya viejo conocido y penetrante aroma de asfalto mojado.

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