Y es que hay personas que se merecen una cancion como esta...
''Los campos son verdes, las casas blancas y de teja roja
el coche de los gendarmes pasa por la carretera entre los corderos.
Se reza en las casas y en las iglesias los rezos,
los rezos de siempre se elevan como el humo en invierno
Martin Larralde jamás volvió pero si hubiera vuelto como un erizo con las púas vueltas
- Y si hubiera vuelto, ¿qué?
- Hoy es domingo los campos son verdes,
las casas blancas y de teja roja
el coche de los gendarmes
bajo un panel que dice Bayonne 17.
La gente preparada como para una foto de familia
va a misa con el alma perfumada hasta el empacho...
Nadie deshace el nudo de la memoria
todo es costumbre, todo es culpa, todo es perdón
Nadie necesita un bardo
todo es costumbre, todo es culpa, todo es perdón
Martin Larralde moría un día como hoy en una prisión
yacía con los ojos abiertos diciendo quizás que el cielo es un mar sucio.''
Larre berdeak, etxe zuri teila gorriak,
jendarme auto bat bidean bildots artean pasatzen.
Etxe elizetan otoitzak,
betiko otoitzak neguko keearen antzera lehun igotzen.
Martin Larralde ez da sekula itzuli, baina itzuli balitz
(arantzak barrurantza itzuliak lituzkeen sagarroia bezala)...
Itzuli izan balitz, zer? Gaur igandea da, larre berdeak,
etxe zuri teila gorriak, jendarme autoa bidan Bayonne 17 panopetik.
Jendea familia erretratuetan bezala larritasuneraino
perfumaturiko arima erakutsiz doa mezara.
Inork ere ez du
dena ohitura, dena errua, dena barkamena oroimenaren
korapiloa deslotzen. Inork ere ez du koblakaririk behar...
Martin Larralde honelako egun batez hil zen galeretan,
begiak zabalik etzanda, agian, zerua,
itsaso ziki bat dela esanez.
Joseba Srrionandia ta Ruper Ordorika batzearen ondorioak...
"Martin Larralde (Hazperne, 1782 - Rochefort, 1821), conocido como "Bordaxuri", autor de la célebre "Galerianoaren Kantua" ,fue condenado a trabajos forzados por un desgraciado incidente familiar. No soportó la dura tortura y a los cinco años murió, al fin y al cabo ''Nadie necesita un bardo...''
J. Sarrionandia, consciente de la penosa historia que afecta al protagonista, compuso un poema onírico. Martin Larralde, liberado de sus dolores vitales, parece que observa desconsolado la vida cotidiana desde el mundo del olvido que conlleva la muerte.
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