lunes, 31 de marzo de 2008

Cuando marcharse no es la opción mas fácil

 Generalmente largarse no es la opción mas fácil.
Si nos alejamos de situaciones límite, de pelis,
novelas y guerras, si nos centramos en la vida real,
poner tierra de por medio no es tan sencillo.
Hay tópicos acerca de esto que me valen.
Podemos decir que irse es la opción mas cobarde,
que es rodear el problema en vez de afrontarlo,
que es engañarse porque el problema irá contigo alli donde estés...

Pues la verdad es que si. Quizás no sea la alternativa mas válida.
Quizás no solucione el conflicto,
aunque tal vez no haya ningún conflicto.
¿Sólo nos marchamos cuando estamos en apuros?
¿Si son conflictos con nosotros mismos viene bien un cambio de aires?
¿Es legítimo un cambio de aires?
¿Sirve de algo?
¿Lo podemos considerar huir?
¿Solo se huye cuando no miras atras y no hay vuelta planeada?
¿Huir es negativo en si mismo?
¿Pirarse es una opción?
¿Irse de erasmus cuenta como huir?
¿Cambiar de vida es huir?
¿No conseguir disfrutar con tu vida y elegir abandonarla es cobarde?
¿Tenemos que cargar con nuestro pasado para siempre?
Volviendo a la entrada anterior, ¿cuando es suficiente?

Pues la verdad es que no lo se, y que nadie se confunda,
que no pretendo largarme a ningún sitio.
Pero si lo hiciera, ¿qué?
¿me llamaríais cobarde?
Se que varios lo harían, supongo que,
desde el cariño, son estrechos de miras.
Incapaces de empatizar con opciones que no entienden.
Viviendo al abrigo de las faldas de su vida,
generalmente una vida que ellos no han elegido del todo.
Una vida que sigue un patrón que no ha sido planteado por ellos,
una alternativa escogida libremente entre un catálogo
que un día les pusieron delante.
Pero, ¿quién editó esa colección primavera-verano
tan estupenda para todos?
A mi también me la pusieron delante y la ojeé.
Tomé un camino del menú, sin embargo,
estos días ya no me convence.
Dudo que eligiera bien entre los platos que me ofertaron
y ahora me autopronostico una aguda acidez gastroneuronal
por atiborrarme de una mierda que no es para mi...

Supongo que cambiar la perspectiva,
abandonar el camino marcado,
tirar campo a través un tiempo para encontrar la autopista
de mi destino hacia la felicidad, todo eso, no vale.
Todo eso es de cobardes.

Asi que, como todos los cobardes, todos los que quieren largarse,
todos los que ponen tierra de por medio, tiempo y fotos, me quedaré
tratando de hacer de esta indigestión algo productivo.
Algo de lo que por lo menos solo me arrepienta un tiempo
y no me amargue mucho la vida.
Algo que bueno, no esté tan mal después de todo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cambiar de vida es huir? ¿Dar un salto al vacío en forma de futuro incierto es de cobardes? ¿Buscar la felicidad en una bifurcación del camino es considerar que te has perdido?

Huir es abandonarse a la rutina, acomodarse, no luchar por lo que se quiere, no mirar a los ojos a la vida.
Es cierto que tal vez no hace falta cambiar de aires, de lugar, para cambiar de vida. Tal vez solo necesitamos cambiar la forma de ver las cosas.

En cualquier caso; la valentía reside en afrontar la vida con ánimo, ilusión; comenzándo el día como si fuese el último de tu vida. Disfrutando del calor del sol, el canto de los pájaros al amanecer, las sonrisas anónimas bajo rostros adormilados en el autobús...Teniendo la sensación de que la vida vale la pena, de que es preferible abrir los ojos un día más y volver a andar, en busca de nuevas aventuras.

Respecto a tu pregunta...¿Cúando hay que terminar de remover el pasado? El pasado es lo que conforma a la persona, lo que la modela. El pasado no debe ser aquello que nos retenga, si no lo que nos de fuerzas para luchar por nuestro futuro.

Un besiko.

"La utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar"
Eduardo Galeano.