viernes, 1 de mayo de 2009

Los pobres, interpelación a la Iglesia (Fragmentitos)

Os dejo con este textazo de Casaldáliga, me he quedado con lo que me ha parecido mas potente, pero si os metéis en su web esta completo...enorme!!!

Si es que... hay obispos y obispos...


''Y ahí vienen los pobres del Evangelio y el Evangelio de los pobres, sinónimos, como digo. A la pregunta qué queda de los pobres, qué queda de la opción por los pobres, qué queda de la Teología de la Liberación, yo respondo siempre que quedan los pobres y que queda el Dios de los pobres. Mientras haya Evangelio y personas dispuestas a pensarlo y, sobre todo, a practicarlo, habrá opción por los pobres, porque pobres habrá, ya sabemos, hasta el fin. Y ahora cada vez más pobres, más en número y siendo más pobre la inmensa mayoría de la humanidad. Éste es el gran escándalo, la gran blasfemia, la idolatría máxima, la extrema herejía de nuestros tiempos modernos o posmodernos, porque no hay más Dios que el Dios de la realidad, de la historia, del Reino. Ya sé perfectamente que el Reino está en ambos lados y que sólo al otro lado, más allá de la muerte se plenifica, pero me gusta recordar que del otro lado cuida Dios muy bien, que nosotros debemos preocuparnos del lado de acá.

Conste también que atribuyo a Dios todos los posibles nombres en el más ancho y creciente macro-ecumenismo. Pero nosotros, nosotras, cristianas, cristianos, tenemos el don de creer en ese Dios tan precisamente así como el Dios de los huérfanos y las viudas, el liberador de los cautiverios, el que hace retornar de los exilios, el amigo de la humanidad, el Abbá enternecido, el amigo, el verdadero principio y misericordia en persona.

Dios no tiene más problemas que los problemas de la humanidad, a no ser que haya en otros mundos también seres problemáticos. Eso, de momento, nuestra teología no lo va a resolver.(...)El problema de Dios es la creación desbaratada, y en la creación, esta tan amada humanidad, dividida, empobrecida, excluidora y excluida. La humanidad es el gran problema de Dios, y es la gran pasión de Dios, y el gran desafío que Dios tiene y que, lógicamente, Él quiere y puede salvar y salvará.
Nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor sólo se autentifican renunciando a este mundo neoliberal y militando contra él, cargando la cruz de los pobres y la utopía de su esperanza contra toda esperanza porque, hermanas, hermanos, Dios no fracasa, ni siquiera en este mundo, sólo que vence a su modo, claro.

Hans Küng ha convocado a todas las religiones y a las iglesias, a esa gran cruzada, que merece la bendición de la cruz, de acabar con el hambre, con la guerra, con la discriminación. Si la iglesia de Jesús no se pone humildemente, pero denodadamente, como una pequeña abanderada, esta cruzada auténticamente evangélica, se niega a sí misma y niega el propio Evangelio, pierde toda credibilidad. Solamente la causa de los pobres nos hace creíbles. Y dejadme terminar, claro, cómo no, con poesía, yo no soy teólogo, soy poeta.

«Antes de que el gallo cante»:

Por causa de Tu causa me destrozo
como un navío, viejo de aventura,
pero arbolando ya el joven gozo
de quien corona fiel la singladura.

Fiel, fiel... es un decir. El tiempo dura
y el puerto todavía es un esbozo
entre las brumas de esta Edad oscura
que anega el mar en sangre y en sollozo.

Siempre esperé Tu paz. No te he negado,
aunque negué el amor de muchos modos
y zozobré teniéndote a mi lado.

No pagaré mis deudas; no me cobres.
Si no he sabido hallarte siempre en todos,
nunca dejé de amarte en los más pobres.''

No hay comentarios: