domingo, 21 de febrero de 2016

Ínfulas de Pamplonautización

Hace muchísimo tiempo que no escribo nada en ninguna parte...
Llevo dos años trabajando y ya me siento alienado...el problema es que se siente una calidez similar a la que nace en mi cuando camino en la oscuridad de la tristeza.

Y ya no se si me gusta o no...Creo que no me gusta pero me otorga cierta paz y me siento irritado cuando algo o alguien perturba ese equilibrio cómodo, fácil y vacío. Y la sensación es ciertamente parecida a la de la felicidad...un felicidad de bazar barato donde se entremezclan chanclas, sudokus con señoritas semidesnudas en la portada, chicles, condones y fantasías de plástico de belleza regular para llenar el vacío de los tapetes que la abuela colocó en cientos de rincones del hogar...

Y me resulta difícil pensar que mi vida se reduce a esto...necesito mas y siento que la realidad liberadora olvida su cometido atándome de pies y manos para que no me mueva de donde estoy...y aquí queridos míos, la verdad es que huele a taladrina...

Un ukelele me mira inerte desde la estantería recordándome que América perdida quedó atrás y que la India es un espejismo para someterme de manera aún mas profunda en esta celda socialmente aceptable...como si me importara lo que esta sociedad que desprecio piense de mi vida.Y resulta que tal vez me importe más de lo que creo...

Otra derrota más...otra prueba del odio que me tengo a mi mismo. No tengo ni idea de lo que debo hacer, lo que tengo que hacer, lo que quiero, lo que deseo o lo que necesito...Mi proceso de pamplonautización está fracasando...

Tengo la sensación de que me he subido en el tren de la mediocridad, próxima estación tristeza, con un billete de primera clase en el bolsillo  y la sensación de que pretendo ser más listo que mi destino.

Y lo siento colega, la realidad siempre gana...






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Por eso tienes que bailar la gozadera!

Unknown dijo...

O despacito!